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Este enfoque del plan de estudios aumentó la alegría de los niños en el aprendizaje y el disfrute de la enseñanza por parte de los maestros.
Al potenciar más juego, aprendizaje práctico y que los alumnos se ayuden mutuamente en el jardín de infancia mejora los resultados académicos, el autocontrol y la regulación de la atención, encuentra una nueva investigación de Universidad de la Columbia Británica (UBC), en Canadá.
El estudio, publicado en la revista «PLoS One», encontró que este enfoque del plan de estudios de jardín de infancia también aumentó la alegría de los niños en el aprendizaje y el disfrute de la enseñanza por parte de los maestros, y redujo el acoso escolar, el ostracismo entre pares y el agotamiento de los maestros.
«Antes de que los niños tengan la capacidad de sentarse durante largos períodos absorbiendo información de la forma tradicional en que se presenta en la escuela a través de conferencias, se les debe permitir que se mantengan activos y se les anime a aprender haciendo», apunta la doctora Adele Diamond, profesora del Departamento de Psiquiatría de la UBC y Cátedra de Investigación de Canadá en Neurociencia Cognitiva del Desarrollo. «De hecho, las personas de todas las edades aprenden mejor haciendo que diciéndoles».
A través de un ensayo controlado aleatorio, Diamond y sus colegas analizaron la efectividad de un plan de estudios llamado «Herramientas de la mente», presentado a maestros de jardín de infantes dispuestos a participar y a 351 niños con diversos antecedentes socioeconómicos en 18 escuelas públicas en los distritos escolares de Vancouver y Surrey.
La importancia del juego dramático social
El plan fue desarrollado en 1993 por los investigadores estadounidenses Elena Bodrova y Deborah Leong.
Su principio fundamental es que el desarrollo socioemocional y la mejora del autocontrol son tan importantes como la enseñanza de habilidades y contenidos académicos.
El programa enfatiza el papel del juego dramático social en la construcción de funciones ejecutivas, que incluye habilidades como el autocontrol y la atención selectiva, la memoria de trabajo, la flexibilidad cognitiva, el razonamiento y la planificación.
«Las habilidades de funcionamiento ejecutivo son necesarias para el aprendizaje, y a menudo están más fuertemente asociadas con la preparación escolar que el cociente intelectual (IQ)», señala Diamond. «Esta prueba es la primera en mostrar los beneficios de un plan de estudios que enfatiza el juego social para el funcionamiento ejecutivo en un entorno del mundo real».
Estudios anteriores habían demostrado que el plan produce mejores resultados para lectura y matemáticas y en pruebas de laboratorio de funciones ejecutivas.
El nuevo estudio de Diamond demuestra por primera vez que también mejora drásticamente la escritura (superando el nivel superior en la escala de evaluación provincial), mejora las funciones ejecutivas en el mundo real y tiene una serie de beneficios sociales y emocionales no documentados previamente.
Los maestros informaron más comportamiento de ayuda y un mayor sentido de comunidad en las clases de Herramientas. Las camarillas se desarrollaron en la mayoría de las clases de control, pero en pocas clases de Herramientas.
Al final del año escolar, los maestros informaron de que todavía se sentían animados y entusiasmados con la enseñanza, mientras que los maestros de control estaban exhaustos.
«Me ha gustado ver el enorme progreso que mis alumnos han logrado en escritura y lectura. Nunca había tenido tantos alumnos escribiendo dos o tres oraciones al final del jardín de infancia», asegura Susan Kochan, maestra de «Herramientas» en Vancouver. «También disfruté viendo a los estudiantes entusiasmarse tanto por venir a la escuela y aprender. Les encantaron todas las actividades que hicimos tanto que muchos estudiantes no querían faltar a la escuela, incluso si estaban enfermos».
Fuente: www.abc.es