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Se trata de Vive Bailando, una iniciativa de emprendimiento de baile en Colombia a nivel social, cultural, pedagógico y creativo, creada para la transformación positiva de los jóvenes en el país.
De acuerdo con el Ministerio de Educación Nacional, la extraedad es el desfase entre la edad y el grado que estudian los niños o adolescentes, y ocurre cuando un estudiante tiene dos o tres años por encima de la edad promedio esperada para cursar un determinado grado. Para la Secretaría Distrital de Educación de Bogotá, en promedio debe ingresarse a sexto de bachillerato entre los 10 y 11 años para graduarse entre los 16 y 17.
En Colombia, la extraedad está muy relacionada con las condiciones de los territorios, siendo mayor en las zonas rurales y en los municipios más apartados. El ingreso tardío al sistema escolar, la continua reprobación y la deserción son también factores asociados a esta condición.
Sobre estas causas, Alveoalah Camacho, profesional social de campo de la Fundación Vive Bailando, complementa que los extraedad suelen ser carentes de cariño y atención por parte de padres o familiares, sufren de baja autoestima, un notable desagrado o falta de interés por el estudio y ausencia de un plan de vida. Camacho también aseguró que “la problemática de extraedad es cada vez más temprana, pues hoy los niños comienzan a enfrentarla en los grados de primaria” y antes la tendencia estaba en la secundaria.
Naren perdió tres grados séptimos y Paula dos sextos, y ambas coinciden en que ir al colegio y no entrar a clases era una constante, hasta el punto de llegar a tener 27 fallas o evasiones al mes. En sus palabras, el estudio les aburría, se la pasaban con pereza y pensaban que no necesitaban estudiar para “llegar a ser alguien”. En su mismo grado, uno de sus compañeros tiene 18 años, perdió tercero y quinto de primaria, tres veces sexto y dos veces séptimo.
De acuerdo con datos del Ministerio de Educación Nacional, incluyendo los colegios no oficiales en Bogotá la tasa de jóvenes en extraedad es del 5.5 % para 2017. Esta problemática predomina en otras capitales como Manizales, Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga.
Frente a esta realidad profesionales y expertos en la materia consideran que además de los esfuerzos realizados por el Gobierno con programas como la Ruta de Educación con el que, según cifras de la Secretaria de Educación Distrital de Bogotá, se ha logrado obtener la tasa de deserción escolar más baja de los últimos 20 años, se requieren iniciativas innovadoras que den apoyo a este grupo de niños, y en ellas la empresa privada puede ser un gran aliado.
Naren y Paula son parte de Vive Bailando, una iniciativa de emprendimiento de baile en Colombia a nivel social, cultural, pedagógico y creativo, creada para la transformación positiva de los jóvenes en el país. En un trabajo conjunto con Coca-Cola FEMSA con el objetivo de promover estilos de vida activos y saludables, incentivando la actividad física, el cuidado del cuerpo, el liderazgo y el desarrollo personal, el programa llegó al municipio de Tocancipá desde mayo beneficiando a aproximadamente 100 niños.
En el marco de este programa, la Institución Educativa Técnico Industrial de Tocancipá, vio la oportunidad de ofrecer una alternativa de desarrollo para estudiantes en extraedad, y fue así como el proyecto se vinculó a las clases que los estudiantes reciben semanalmente. Para ellos esta ha sido una nueva oportunidad para reflexionar sobre su actitud, y entender que, así como son buenos bailarines pueden ser buenos estudiantes y graduarse del colegio, según ellos, con la frente en alto.
“Ahora estamos motivados para asistir a clases y llegar temprano. Nuestra meta es graduarnos, no perder años y ser un orgullo para nuestras familias”. Paula va ocupando el segundo puesto de su grado, y Naren dice pensar en un futuro en el baile. “Mi sueño es ser un profesor de Vive Bailando y ayudar a que otros niños y jóvenes se superen a través del baile como lo hicimos nosotros”. “Nuestra motivación con Vive Bailando, es aportar a construir mejor tejido social en las comunidades en que tenemos operaciones. El caso de Tocancipá y los beneficios tangibles en los jóvenes de extraedad, son una muestra de cómo este propósito es una realidad”, afirma Silvia Barrero, vicepresidente de asuntos corporativos de Coca-Cola FEMSA.
Para Clemencia Vargas, directora de la fundación Vive Bailando, “a través del baile trabajamos el componente socio emocional de los jóvenes en extraedad, logrando nivelarlos emotiva y mentalmente, para que estén dispuestos a adquirir conocimiento y a valorar la educación. Con el baile les brindamos herramientas que los conduce a reflexionar sobre su proyecto de vida, invirtándolos a seguir estudiando y aprovechar mejor su tiempo libre”.
Para Camacho, la profesional social del programa en Tocancipá, el baile es el gancho, pero la dupla con psicología y trabajo social es lo que marca la diferencia de esta iniciativa. “No se trata de una clase de baile, es un espacio de transformación que entusiasma inclusive a los padres de familia, quienes dejan de estar ausentes y empiezan a asistir a los talleres en los que bailan con sus hijos”.
Aunque la extraedad es un tema silencioso y menos protagonista que otras problemáticas de niños y jóvenes, presentes en los colegios del territorio nacional como el bullying, la inclusión y la jornada continua, es una condición latente en el sistema educativo del país y a la vez determinante en la meta de formar talento joven y calificado que pueda asumir los retos laborales y de desarrollo del futuro.
Fuente:https://www.elespectador.com
Fecha:
10 de Diciembre de 2018 Lugar: Regresar |
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